Al aceptar criptomonedas como pago, evita el riesgo de ser bloqueado por los sistemas de pago por disputas sobre transacciones. A diferencia de las tarjetas bancarias o las billeteras electrónicas, las transacciones en criptomonedas no se pueden cancelar ni reembolsar a menos que las inicie el vendedor. Esto lo protege de posibles fraudes por parte de compradores deshonestos. La criptomoneda se basa en la criptografía, un método seguro para cifrar datos. Hackear un sistema cifrado es casi imposible y la tecnología blockchain garantiza el acceso al historial completo de transacciones.